Que todo salga bien.

El domingo pasado, Salvador Cabañas, jugador de las Águilas del América, fue baleado en un bar y como consecuencia está grave con una bala alojada en la cabeza, dado que es de calibre pequeño no fue mortal el disparo y el proyectil terminó incrustado en el cerebro.

Cabañas es paraguayo y es la estrella de su selección nacional, iba en muy buena forma para el mundial, aunque ahora lo importante es que sobreviva.

Este suceso es una muestra de lo cotidiano que ocurre en el país, la impunidad y corrupción están a la orden del día. Cabañas no es una perita en dulce, ya había tenido varios altercados en bares por la prepotencia y soberbia que le daba ser famoso y con dinero, pero como dice un dicho "siempre hay uno más gandalla que tú" y está ocasión le salió uno muy gallito. Se nota que el tipo tiene poder ya que después del altercado salio como si nada del lugar sin importarle personal ni cámaras de seguridad.

Ahora están acusando a los empleados que lo dejaron salir, pero la reacción que tuvieron estos empleados al no detenerle demuestra el poder e influencia que tiene el sujeto en cuestión. Me pongo en los zapatos de esta gente y pienso: lo detengo, se lo llevan preso, por debajo del agua va a negociar salir de donde esté, regresa y me las cobra, si ya mero voy a andarme metiendo en esos asuntos.

En fin esperemos que Cabañas se recupere y pueda seguir con su vida, ya pidiendo mucho, que regrese a las canchas a seguir metiendo goles.