Un detalle con la música que a veces se olvida, es que también puede divertir, y no es necesario nada complejo o rebuscado para conseguirlo. En lo simple esta la eficiencia, y es así como ahora pondré una canción que es clásica en buena parte de latinoamérica, con un ritmo ameno que invita al baile (y eso que bailo con la gracia de un tanque panzer), y una letra amena, desenfadada y que demuestra que de la cotidianidad puede surgir mucha inspiración.
La canción en cuestión se llama La banda dominguera, se le atribuye a Jorge Carlos Portunato, ya tiene muchos años de existir y por lo mismo a sido adaptada a muchos géneros musicales y a sido interpretada por un sin fin de cantantes, incluso, por su letra completamente familiar, también tiene varias versiones dedicadas al público infantil. Básicamente esta canción hace mención y rescata algo que en las ciudades grandes tal vez ya se haya perdido, pero que en las pequeñas como la mía todavía se mantiene, los domingos familiares en la plaza del pueblo, escuchando música de la banda local.
Como siempre, dejo la letra, y dado que esta canción tiene un sin fin de variantes y estilos, dejo una versión con un conjunto norteño, estilo muy popular en México, que acentúa el carácter alegre de la canción.
Tengo una banda dominguera,
Que siempre toca en la plaza,
Con una tuba grandota,
Y unos platillos de lata.
El perro que mueve la cola,
El niño quiere un bizcocho,
La abuela vende galletas,
Y el cura pide devotos.
Aquí el Domingo me ensucian la plaza,
Pensar que el Domingo es para descansar,
Y yo termino juntando papeles,
Me voy a quejar a la municipalidad.
Tengo una banda dominguera,
Que siempre toca en la plaza,
Con una tuba grandota,
Y unos platillos de lata.
El perro que mueve la cola,
El niño quiere un bizcocho,
La abuela vende galletas,
Y el cura pide devotos.
Tengo una banda dominguera,
Que siempre toca en la plaza,
Con una tuba grandota,
Y unos platillos de lata.
El perro que mueve la cola,
El niño quiere un bizcocho,
La abuela vende galletas,
Y el cura pide devotos,
Y sin embargo me gusta la banda,
Cuando los domingos se pone a tocar,
Y yo papeles llevando este ritmo,
Que a toda la plaza parece contagiar.
Tengo una banda dominguera,
Que siempre toca en la plaza,
Con una tuba grandota,
Y unos platillos de lata.
El perro que mueve la cola,
El niño quiere un bizcocho,
La abuela vende galletas,
Y el cura pide devotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario