Bueno, ya hacia tiempo que no ponía entradas sobre como "me cae el veinte" de cosas que uno en su momento no comprende del todo, sino hasta tiempo después. Como ya quemé los títulos "que razón tenía.." hora va con este.
Resulta que mi niña, inquieta, sanita y vivaracha que es, al estar su mamá en el enterno proceso de desentilichar la casa, sacó muchas cosas, en ese momento, llamaron por teléfono y como la llamada era para ella y yo estaba ocupado en algo del trabajo, quedo sola y sin atención unos minutos, que fueron caldo de cultivo para las travesuras de la niña, incluso, tomando unas tijeras que estaban por allí, se dio una trasquilada en el cabello.
Ante el enojo y la frustración cuando la descubrimos, decidimos castigarla, y lo que más le no fue una nalgada que le dí, fue que no la dejé ver caricaturas el resto del día, lloró y lloró prometiendo que ya no lo iba a hacer, cosa que siempre dice pero no lo cumple jeje, incluso, pidió refuerzos foráneos, como ya aprendió a marcar a casa de mis papás le hablo por teléfono a su abuelita para que ella me dijera que la dejara ver las caricaturas, pero muy viva no dió la versión de los hechos completa, cuando le dije que le comentara a su pipita (así le dice a mi mamá), que porque no la dejaba verlas, ya no dijo nada y regreso muy triste a su cuarto.
Total que así duró buen rato llorosita y pidiendo que por favor la dejara ver las caricaturas, "que ya no la hiciera sufrir (pupi en su idioma)", cada vez se me arrugaba más el corazón de verla así, pero no le levantamos el castigo, me acordé de la famosa frase que le hechaba a uno mamá cuando nos castigaba, "Esto me va a doler más a mí que a tí", creo que después de todo si tenía algo de cierto esta frase, otra vez, la escuela de la vida.
Aunque duró buen rato a sí, a fin de cuentas se puso a jugar con otras cosas y terminó por dormirse ya sin volver a tocar el tema de las caricaturas, aunque eso sí, nochera como siempre.
Por desgracia los niños vienen al mundo sin mayores nociones acerca de cómo se debe vivir en sociedad, y la educación sirve para eso, para enseñarles límites. Los justos, que no sean demasiados para no terminar anulándoles la personalidad, ni demasiado pocos que se críen pensando que siempre pueden salirse con la suya y atropellar a quien quieran por el camino. Aunque claro, eso de calibrar el punto medio entre uno y otro, siempre es mucho más fácil en la teoría que en la práctica...
ResponderEliminarQue la suerte y la sabiduría los acompañen en eso de educar a la nueva generación, y saludos.
Gracias por los buenos deseos, y sí, como dicen por acá ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre, pero si es necesario marcarle los límites.
EliminarJajaja eso me recuerda a cierto par de personas, que luego le hablaban a la tía para que los dejaran ir al viaje a guadalajara jajaja, a que mi demonio :D
ResponderEliminarJeje, que cosas no, aunque esa vez nos dijeron que hablaramos, esta vez fue iniciativa propia de xochilita
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