6 de enero

Ha pasado otro 6 de enero, y extrañamente, tras muchos años de que no me sucedía, la noche del 5 de enero fue larga y me costó mucho trabajo dormir y exactamanente por los mismos motivos que en ese entonces, la expentación por la llegada del 6 de enero era muy abrumadora. Como todos sabemos (y los que no pos ya lo saben), en mi tierra natal y buena parte del país, se acostumbra que los reyes magos lleguen y dejen juguetes a los niños en esa fecha.

En algunas ocasiones cuando era niño, me era dificil poder dormirme la noche anterior, ya que como todos sabemos la condición universal para que lleguen los reyes es que tienes que estar dormido, sino, no dejan nada, y pos ni modo a tener que pega los ojos a fuerzas. Ahora me volvió a pasar lo mismo, pero por un enfoque distinto, ahora los regalos no serían para mí, pero aún así quería con ansia ver la reacción que tendría mi niña al ver los regalos que le traerían los reyes, si bien ya ha tenido dos ocasiones anteriores regalos por esta fecha, esta es la primera (creo yo) en que ya tiene conciencia plena de todo lo que implica el día de reyes (hasta hizo su cartita, puras rayas por cierto, y la puso en su zapatito). 

Así que tras la batalla habitual para dormirla, empezó la mía y es que no me pude dormir, siempre me quedaba pensando en como reaccionaría Xochilita, así que me pasé al menos un par de horas dando vueltas en la cama, hasta que , como cuando era niño, sin saber ni como, me quedé dormido. Como niña pequeña que todavía es, una vez dormida se desentiende de todo, tan es así que fuimos nosotros quienes la despertamos para que fuera a ver que le habían traído, y la expresión que tuvo su carita, mezcla de gusto, sorpresa e incredulidad, hizo que valiera la pena la trasnochada anterior. Más que nada porque vió las dos cosas que pidió (dentro de otras 100 que también dijo que quería), una muñeca doctora (la pidió porque vió que traía una jeringa, le gusta poner inyecciones a todo mundo), y una serpiente de peluche (si lo se, suena extraño, pero me agrada que tenga gustos no tan "normales", hay un potencial dentro de ella) con la que estuvo asustando a sus otros primitos de su edad. Recibió también algunos dulces y otra muñeca más.

En fin, volví a disfrutar el 6 de enero, como hacía muchos pero muchos años no sucedía, eso a pesar de que no recibí ningún regalo, bueno no, mentira, si recibí uno y fue el mejor de todos, ver a mi hija gozar de su primer día de reyes de forma completa, desde la expectativa de los días anteriores, hasta el descubrimiento de sus regalos.