Yo lo que quiero es romper la piñata.
Diciembre, sus posadas, y sus piñatas. En esta época sube la demanda de estos iconos culturales asociados fuertemente con México. Si bien es cierto que es aquí donde más arraigo tiene y cuando en el mundo se dice piñata inmediatamente se piensa en nuestro país. Las piñatas también se acostumbran en otros países de América latina y del mundo, aunque muy puntualmente y comúnmente en los cumpleaños. Aquí además de eso, se acostumbra mucho para las posadas (cuando de veras son posadas, no excusas para emborracharse).
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Mural de Diego Rivera, captura muy bien la esencia de las piñatas |
El origen de la piñata se remonta a hace mucho tiempo, y aunque diversas culturas en el mundo tenían un elemento que tenía parecido con la piñata, el flujo histórico queda más o menos de la siguiente forma:
En los viajes de Marco Polo a China, descubrió que en ese país se acostumbraba colocar figuras de distintos animales vacunos adornadas con papeles de colores y otros ornamentos, llenos de semillas y que el mandarín quebraba en vísperas de año nuevo (el chino claro). Tras esto se quemaban los restos y las cenizas se esparcían para que la gente las llevara a su casa como señal de buena suerte.
Marco Polo llevó esta costumbre a Italia, y en las celebraciones de la cuaresma se empezó a utilizar un contenedor de agua de barro el primer domingo de cuaresma, al que llamaron pignatta. Cuando la costumbre pasó a España, se usó una olla de barro, y se empezó a adornar con papeles de colores y listones, el nombre pasó a ser piñata.
Con la conquista de América, la iglesia hizo el movimiento que tan buen resultado le había dado en su expansión, tomó alguna costumbre local parecida a la de los evangelizadores, la modificaron y le dieron el toque eclesiástico para que fuera más fácil la aceptación. Varias de las tribus prehispánicas acostumbraban el colocar contenedores de agua (cantaros) llenos de diversos regalos y golosinas, pintados de colores colgados en un poste al que rompían con un palo. Los mayas lo hacían vendando los ojos al que le pegaba a la piñata, lo que lo convertía en un juego, y pues si se juntan estos tres puntos, se llega a la piñata moderna.
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Piñata clásica de 7 picos |
Los misioneros fusionaron esta tradición local con la de la piñata española, para darle el toque evangelizador, hicieron que el cántaro se forrara de papel de colores y se le colocaran 7 picos de papel alrededor, cada pico representaba uno de los pecados capitales, la piñata en sí representaba el diablo y las tentaciones mundanas. El vendarse los ojos y tomar un palo para romper representaban la fe y la virtud para poder vencer al diablo y al pecado, los dulces y fruta que tenía representaban las bendiciones del cielo una vez que se lograba sobrepasar las tentaciones.
Estas primeras piñatas se usaban en lo que fueron las antecesoras de las posadas, las misas de aguinaldo, que se celebraban unos 10 días antes de la Navidad, de allí el hecho de que en México se acostumbre tanto romper piñatas estas fechas. Con el tiempo, el significado religioso ha ido quedando en el olvido, hasta prácticamente desaparecer, y ya solo se rompen por diversión y pasar un buen rato en familia. También ya son pocas las piñatas que aún conservan la forma tradicional de los 7 picos, hoy en día se hacen de cualquier figura y motivo, hasta piñatas del chavo del 8 puedes encontrar.
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Hoy hay piñatas de cualquier tema |
La tradición de la piñata moderna aquí en México consta de lo siguiente. Se amarra la piñata con una cuerda. se suspende en el aire de modo que pueda moverse libremente, el que la quiere romper se le vendan los ojos, se le da unas vueltas para desorientarlo un poco se le da el palo oficial (generalmente un leño o palo de escoba), y a la cuenta de tres, tras ponerse todos a salvo de los palazos, el susodicho arremete contra la piñata, que guiado por los gritos de los demás tratará de pegarle, al tiempo que quien sujeta la piñata la moverá para todos lados esquivando de la mejor forma posible los palazos, en el momento en que se logré romperla todo mundo correrá en batalla campal a recoger lo que pueda (dulces, frutas, colaciones) del suelo, en ocasiones hay piñatas de broma que solo tienen harina o agua, llevándose un chasco los primeros que llega. Generalmente se suele acompañar este ritual con cánticos relacionados con el hecho de romper la piñata, como el que da título a la entrada.
Parte del fandango consiste en cuidar chiquillos ya que no falta el que por querer ganar tiempo se acerca peligrosamente al que trae el palo, y no falta el que recibirá su palazo por querer pasarse de listo, o también de repente sale un descalabrado por un tepalcate (guijarro) de la piñata que quedó colgado de la cuerda y que se cae cuando ya todos están en el suelo recogiendo los dulces. En ocasiones también sucede que el peso de la piñata es demasiado y revienta la cuerda, cayendo al suelo antes de tiempo (en ocasiones sobre el que la quiere romper, en un irónico cambio de papeles), dejando a todos con un chasco, para luego abalanzarse sobre los dulces, y no faltara el niño que se queda llorando porque no le tocó nada.
Hoy en día es cada vez más común que la piñata sea de cartón y no de olla o cántaro de barro, esto hace que sea más duradera y menos peligrosa si se llega a reventar, esto porque con las de barro generalmente dura más el brete de romperla que el hecho en sí, y se tenía que tener 2 o 3 piñatas para que durará rato el asunto, ahora con 1 se le puede dar toda la vuelta a todos los chiquillos y no re romperá, quedara toda mellada pero no se rompe, eso sí, los dulces quedan todos hechos polvo de tanto palazo, por lo mismo ya no se acostumbra vendar los ojos tanto, en fin, los tiempos modernos alcanzan hasta las piñatas aunque yo prefiero las de barro.
En fin, como decía la piñata se extiende poco a poco fuera del país, pero aún es casi exclusivo de los mexicanos que estas fechas , aparte del colorido de las luces, esté el de las piñatas, esperando alegrar la posada en turno.