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sábado, 2 de mayo de 2015

Museo III...

Sean bienvenidos a esta nueva visita al museo del cuchitril, por favor aquellos que están escuchando música en sus celulares u otros cachivaches, apáguenlos, ya que en esta ocasión, el tema está relacionado a ese aspecto.

Hoy en día es lo más común del mundo encontrar a alguien por la calle con un reproductor de música (sin importar el tipo), y sus audífonos, pero esto no siempre fue posible. Hasta antes de la llegada del aparato que se mostrará, lo más parecido a reproductores portátiles, eran los tocadiscos con agarraderas, o alguna grabadora, y pos supuesto, no eran personales, a lo sumo tenían entradas para audífonos, pero eran bastante incómodos. Sony fue la compañía que encaminó el rumbo a lo que conocemos hoy en día como reproductores personales.



Hacia finales de los 70´s, para escuchar música había dos medios, los discos de vinilo, y los casetes de cinta magnética, estos últimos eran lo suficientemente pequeños para poder llevarlos a todos lados, y era el medio que reproducían los estéreos de los coches tras dejar atrás a las cintas 8 track. Así, cuenta la leyenda que uno de los grandes ejecutivos de Sony, quejándose en la empresa de lo incómodo que era su aparato "portátil" de música (voluminosos y muy caros para el usuario promedio), y buscando además una forma de poder escuchar música durante los viajes, pidió que se creara algo al respecto.

Así con la idea sentada, se tomó como base una línea de grabadoras de voz portátiles, que eran usadas principalmente por reporteros, las cuales usaban como medios de grabación micro casetes, o también de los de dominio público. este modelo era conocido como pressman, se le retiró la parte del mecanismo que grababa el audio y se mejoró la parte reproductora, para que pudiera ofrecer una mejor calidad de salida, se le añadió una entrada para audífonos, el primer prototipo fue del agrado de los directivos. Así, el primer reproductor de música personal había nacido.

A la izquierda, el pressman, en medio el primer modelo a la venta, a la derecha, con su nombre ya asimilado

En 1979 se comercializó en Japón oficialmente el primer modelo de estos reproductores, el TPS-L2, bajo el nombre de walkman, (basados un poco en el pressman), tras un arranque un poco frío en ventas, rápidamente se convirtió en todo un éxito en el país nipon. Al año siguiente se comercializó en el resto del mundo y también fue todo un éxito, y la era de la música personal llegaría para quedarse.

Para los muy nuevos, allí adentro se colocaba el casete

Un detalle curioso fue que el nombre del producto , walkman, no convencía mucho, así que en sus primeros modelos internacionales, se le conocía como el modelo TPS-L2 y cada país le puso el nombre que le dió la gana, algunos ejemplos freestyle, soundabout, stowaway (???). pero como sucedió con el McLaren F1, no se encontró ninguno mejor que el original propuesto, y tras la tirada inicial, se le conoció internacionalmente como walkman.



Tras el modelo inicial, salían más modelos con más monerías, que el sintonizador de radio, que el soporte para cintas metálicas, que el modelo que ahorra batería, los autoreversibles como los de los coches), que el modelo juvenil, infantil, para adultos, los que tenían pantalla lcd, etc., etc., etc., y aunque otras compañías sacaron sus respectivos modelos, ninguno logró hacerle sombra a este pequeño gigante de Sony. Como dato curioso, para aquellos que no podían darse el lujo de comprar baterías a cada rato, el lapicero se volvió accesorio indispensable además de los audífonos para todo aquel que tuviera un reproductor portátil (solo quien lo haya vivido en carne propia lo entenderá).



La marca walkan ha seguido evolucionando, y aunque el reproductor de cintas dejó de fabricarse en 2010, existen todavía reproductores digitales con esta marca, incluso un tiempo sony sacó una línea de celulares con este nombre, y aunque ya no tiene las glorias que en época de oro, aun existe la marca, y todo aquel que tenga su aparato para escuchar música, le debe mucho al TPS-L2.  

Esa cosa rosa, es un walman relativamente moderno

Está por demás decir en lo que se convirtió para la cultura popular, y su legado persistirá por muchos años más.

2 comentarios:

  1. ¡Qué nostalgia! Como buen melómano que soy, recuerdo que mi primer equipo de estas características, me lo compraron mis padres para mi primer año en la universidad (¡ille tempore!), el cual además me permitía grabar en audio algunas clases y entrevistas, que debía hacer para mis trabajos. Incluso hasta me compré un bolsito (¿o me lo regalaron?) para guardar cassettes, que por razones obvias llevaba conmigo. Dentro de esta línea de artefactos ya desusados, recuerdo el disckman, del cual tuve como tres modelos diferentes.

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    1. Yo discman no tuve, y walkman tuve 1 tambien en la universidad, siempre con el fiel lapicero por un lado

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