Pasas por una calle que has transitado por mucho tiempo, te das cuenta de que ya no corresponden los negocios que tenías en mente a los que realmente existen, ya no esta la tienda de doña Chonita, ni la panadería de don Gaspar, ni la tienda de maquinitas donde tu mamá te sacaba de la oreja todos los días.
Este es uno de esos casos en que yo no sé qué es peor. Por un lado, produce su poco de nostalgia pasar por una calle por primera vez en años y descubrir que siguen los mismos negocios tradicionales de siempre, pero por el otro, produce un poco de zozobra el pasar por una calle por primera vez en años y descubrir que nada se ha modernizado. Supongo que es un tema de equilibrios, como tantas otras cosas en la vida...
ResponderEliminarSi, eso que comentas, lo he experimentado a veces aqui en mi pueblo, viendolo friamente, no se nota mucho que el siglo XXI llegó hace tiempo, salvo algunos detalles muy puntuales.
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