Guardar avances

Hoy en día es muy común el que cuando estas jugando un videojuego, ya sea por trabajo, por cansancio, por cambiar de actividades o por los gritos de que ya apagues ese mugrero, puedes hacerlo sin preocupaciones, ya que de forma manual o automática puedes  guardar el avance del juego y continuar después, aunque si es un juego online no, algunos datos si se guardaran. Sin embargo no siempre fue así, y el como es que se guardaban los avances, ha cambiado, al igual que la duración y complejidad de los videojuegos.

En sus inicios los videojuegos no pasaban de ser mera curiosidad y como el negocio era que jugara más gente en menos tiempo, la duración de las partidas no era mayor a unos minutos, la primera forma de guardar algún registro era el hecho de que cuando terminabas la partida y lograbas tener uno de los mejores puntajes, podías registrar 3 letras para mantener el registro del logro, en algunos casos permitía más de 3, pero eran los menos. Este registro se mantenía en la memoria de la máquina mientras estaba encendida, al apagarse, se eliminaba. Había algunas excepciones donde las siglas y el registro se mantenía aunque se apagara la máquina, tal vez mediante algun tipo de memoria EEPROM.

Conforme los juegos fueron pasando a otros medios como las computadoras o las consolas, también fueron aumentando en complejidad y duración, por lo que era cada vez más necesario que se pudiera guardar avances de lo que se llevaba aventajado en el juego. Del lado de las computadoras, la solución fueron el uso de medios magnéticos como diskets o casettes de cinta, del lado de las consolas, aunque nintendo intento implementar el uso de diskets para su famicom, dada la naturaleza un tanto traicionera de estos dispositivos (quien no sufrió al menos una vez con las tareas guardadas en diskets), no prospero y por un buen tiempo en las consolas se tomaron dos caminos.

El primero, era el uso de los temidos y nunca bien ponderados passwords, no el concepto era distinto a lo que hoy entendemos por esa palabra, básicamente se trataba de que cuando terminabamos una partida, el juego nos ofrecía de distintas maneras, dependiendo de la creatividad de los programadores, una seria de datos cifrados con los valores para algunas de las variables del juego, así cuando se volvía a introducir estos datos, el juego empezaba lo más cerca a donde lo habíamos dejado la última vez, pudiendo ser desde la etapa donde nos quedamos, la cantidad de vidas, de items, etc.

Aunque en teoría sonaba muy bien, en la práctica tenía sus complicaciones, ya que los datos que nos proporcionaban, al estar cifrados, eran una serie larga o varios conjuntos de caracteres alfanuméricos, donde con uno solo que no escribieras correctamente, no funcionaba, era de tirarse los cabellos cuando tras escribir en pantalla 32 caracteres (por poner una cantidad), resulta que te equivocaste en alguno, o peor aún, que desde que lo copiaste de la pantalla, lo hiciste mal, y es que en ocasiones, para acabarla de amolar, los programadores, siguiendo con la temática del juego, o tal vez por maloras, elegían un tipo de letra muy gariboleada, pero dificil de leer, y más si era una tele de 14", que era en la que muchos jugábamos de niños. 

Por cierto, en ocasiones, en los passwords no se usaban solo letras sino algunos símbolos o elementos de colores, lo que se convertía en tragedia griega para los que usaban una televisión en blanco y negro (sí, existían televisiones que no eran a color), volviendo inútiles a estos passwords. La ventaja de esta forma de guardar avances, era que era para siempre, siempre y cuando no perdieras la hoja donde lo habías apuntado, por lo que hoy en día, quien tenga aún su hoja de password puede continuar su juego donde lo dejo hace 15 20 o más años.

Otra vertiente que se generó cuando los juegos al seguir haciéndose más complejos se volvió inviable el tratar de cargar tantas variables mediante passwords, empezaron a emplear el uso de archivos, solo que no se guardaban en medios magnéticos, sino en chips de memoria que eran alimentados por una batería que estaba dentro del cartucho. Estos juegos podían guardar desde 1 hasta 3 archivos distintos, los rpgs, y aquellos juegos donde había que encontrar objetos escondidos eran los que más recurrían a este tipo de guardado. Ya no tenías que lidiar con los fastidiosos passwords y sus hojitas, ya todo estaba perfectamente guardado dentro del propio juego, cierto... ¿cierto verdad?, pues si y no.

Resulta que estos archivos eran muy suceptibles a las variaciones eléctricas, las cuales eran más comunes hace años que hoy en día, por lo que era posible que esto borrara el archivo y perdieras tu avance. Otro detalle era que al tener solo pocas opciones de guardado, frecuentemente al prestar el cartucho a algún amigo, hermano o primo, por accidente o con toda intención, sobreescribieran el archivo en que tenías tus avances. Y el punto más cruel e inevitable con esta forma de guardado es el paso del tiempo, las baterías no duran para siempre, así que tarde o temprano, la batería perderá su carga y tu archivo se irá al cielo de los save points inevitablemente, es casi imposible el poder encontrar un juego de más de 10 años que aún conserve su batería funcional. Si bien esto se puede solucionar reemplazandola, no es un proceso fácil, y se corre el riesgo de hechar a perder el cartucho.

Bien, así concluye este repaso por algunas de las formas primigenias de almacenaje de datos en los videojuegos.