Museo IV...

Continuando con la visita y tras habernos detenido en el anterior objeto, pasemos a observar este que era el utensilio principal del walkman, el casete, en este se grababa la música y era reproducido por el tocacintas, este medio tuvo una vida, bastante longeva, cerca de 50 años, aunque como frecuentemente ha ocurrido, los últimos años pasaron ya fuera del ojo comercial, pero repasemos la historia de este elemento fundamental de la música portátil.

A principios de los 60s surgió un nuevo medio para almacenar audio, creado por la compañía Philips, una versión portátil a los rollos de cinta que usaban los magnetófonos, ya que el principio era el mismo, dos carretes giraban, uno vacío donde se iba enrollando la cinta y otro que traía toda la cinta enrollada, la misma pasaba por unos lectores electromagnéticos que reproducían el sonido almacenada en la cinta, que también tenía una capa de material magnético, estos carretes estaban cubiertos por una carcasa de plástico, de aproximadamente 10x5 cm, con ranuras en la parte inferior para que los lectores pudieran hacer contacto con las cintas, este medio fue conocido originalmente como cassette compacto, comparado con el tamaño de los rollos y mecanismos de grabación de los magnetófonos.

Cuando salió originalmente, la calidad de audio no era la mejor, así que solo se usaba como medio para almacenar voz y música en baja calidad, poco a poco la calidad en la grabación fue aumentando por lo que ya el uso para la música era común, esto más el hecho de que se vendieran al público cassettes en blanco para que el usuario pudiera grabar lo que el quisiera, lo que disparó el intercambio de música y que muchas bandas que no podían costearse una grabación profesional se dieran a conocer.

La cinta tenía dos pistas de grabación, lo que permitía que al dar vuelta al cassette,  la cinta regresara al rollo del que originalmente venía reproduciendo nuevo material disponible, lado A y lado B, generalmente tanto en los cassettes como en los discos de vinilo, el lado A traía las canciones más emblemáticas (que discriminativos) en los lanzamientos comerciales, así que era común darle la vuelta al terminarse la cinta por un lado (esta costumbre ocasionó cierto incidente en mi familia, cuando una tía mía, al terminarse de reproducir el CD que escuchaba, le dió la vuelta al mismo, y protesto porque ya no traía grabado nada).

La longitud de la cinta variaba, lo que permitía distintas medidas de tiempo de material grabado, siendo lo más común 60 minutos de duración, aunque también estaba 90 y 120 minutos como opciones fáciles de conseguir, eso sí a mayor duración, se necesitaba tener mas cinta en el rollo, lo que hacía la cinta más delgada y a los carretes más pesados de mover para los motores del reproductor, lo que facilitaba los temibles atascos y que el aparato se "comiera" la cinta, con el consabido maltrato a la misma. También el material ferroso que cubría la cinta era de distintas composiciones, lo que ofrecía diversas calidades en la grabación y reproducción del sonido.

Estos dispositivos sustituyeron con el tiempo a los 4 tracks como medio de reproducción de música en los automóviles, donde incluso había reproductores que no necesitaban que el usuario le diera vuelta al cassette, internamente cambiaba el sentido de giro de los motores y movía el cabezal de posición para que leyera la otra pista (el coche de mi papá tenía uno de esos). Y como comenté en la anterior visita, la aparición del walkman disparó la popularidad de estos medios, y el de los lapiceros como rebobinadores de cinta.

Durante los 80s se les dió un uso adicional además del musical, con el auge de las computadoras caseras, se emplearon como meterial de almacenamiento, supongo que eran más económico el emplear una grabadora y un cassette que una unidad lectora de diskettes, así que programas, juegos y tareas también pasaron a habitar esas decenas de metros de cinta que albergaban esos carretes, eso sí, la reproducción era lenta. Adicional a esto, y supongo que desde tiempos inmemoriales se hacía, pero yo lo presencie en mi infancia en los 80s era la grabación de canciones directamente del radio, y también era posible pasar música de los LP,s de 33 a los cassettes, mis papás hicieron mucho esto.

El declive del cassette tuvo lugar a finales de los 90s con la implementación formal del CD y aunque se dejaron de producir oficialmente albumes comerciales a principios de los 00's, los usuarios caseros los siguieron empleando durante algunos años más, hasta la invasión general de los archivos mp3, y como medio de grabación de entrevistas y audiencias y proyectos personales aun se usaron varios años más, sin embargo y como sucede con los discos de vinilos, a esta fechas no han desaparecido del todo, el auge del vintage que se ha dado en los últimos años les ha generado su pequeño pero estable nicho de existencia, aunque no se ven en las tiendas de musica o en los negocios comunes a la venta, en las tiendas especializadas y por internet aun es posible encontrar tanto cassettes virgenes como albumes grabados.