Tras un buen tiempo de no verse, por fin logras concertar con tus amigos una noche de parranda, para recordar los viejos tiempos, de esas de padre y señor mío, que se vuelven leyenda, por lo que te preparas física y mentalmente para lo que vendrá. Llegada la fecha y tras un arranque prometedor, a la 1 de la mañana, de lo único que hay excesos en la parranda es de bostezos, y ya estás más dormido que despierto, y no por efectos etílicos precisamente.
bienvenidos sean los 30's jajaja :(
ResponderEliminarJaja, te ha pasado?
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