Pocoyó

Mi niña está creciendo sin parar tanto física como mentalmente, actualmente es la mejor agente inquisidora que pudiera tener la CIA, la Interpol o hasta el emperador de WH40k . Todo pregunta que que es y el por que respectivo, actualmente la marca la lleva en 6 ¿ y po’ te? (así dice) seguidos uno tras de otro, aunque por momentos abruma, es señal que su cabecita trabaja muy bien.

De momento ya identifica a batman y al hombre araña y tiene estilo al momento de tomar el control del xbox, así que parece que tiene facultades para seguir el legado “geek”  de su padre (mmm no me gusta esa palabra pero es la que está de moda). Aunque de momento lo que más le gusta y en cada ocasión que puede lo pide, es ver a una caricatura infantil llamada Pocoyó.

              Que tal el estilacho para tomar el control y eso que aquí estaba más chiquita.

Es una serie de animación por computadora española, que surgió a mediados de la década pasada. Ha tenido gran éxito en buena parte del mundo, ya que la calidad tanto de la manufactura como del contenido es  muy buena. Esto lo logra ya que está muy bien enfocada para el público al que va dirigido niños de entre 2 y 5 años de edad.

Quienes realizan la serie a diferencias de otros que generan productos infantiles pero que no tienen idea de como son los niños, saben como captar la atención de los mismos, ya que los personajes principales son pocos, todos tienen una definición básica pero bien delimitada, están hechos con colores primarios muy vivos, y los episodios son cortos de 7 minutos de duración, que concuerda con los periodos tan cortos de atención que suelen tener los niños de esa edad, así que no se aburren y siempre están pidiendo más (lo digo por experiencia).

También, para evitar que los niños se distraigan no existen escenarios ni decoraciones, toda la acción transcurre en fondo blanco y pocas veces llega a ver más de 5 personajes simultáneos en acción, estos dos puntos no se si sean a propósito o fue un efecto que salió de rebote debido a las dificultades de la animación, pero ayuda a mantenerse enfocados en la aventuras de Pocoyó a los pequeñines.

Lo que a mi más me agrada de la serie, es que no muestra falsos mundos rosas de felicidad ni tratan a los niños como seres unicelulares, refleja muy bien el complejo y anárquico mundo de los niños pequeños, donde los personajes se pelean entre sí, tienen miedo, inquietudes, retos, pero siempre solucionan sus problemas, siempre bajo la óptica infantil y la risueña presencia de Pocoyó.

Tiene un bono extra y es que contrario a lo que pudiera pensarse, los episodios pueden ser vistos por gente no tan niña, ya que continuamente hacen guiños y menciones al mundo adulto de forma muy sutil, ya sea con algún elemento del escenario, alguna melodía de fondo o actitud de algún personaje, además de que como dije, las tramas tienen contenido y ayudan a entender un poco mejor al mundo de nuestros pequeñitos. A mi en lo particular me doblo de risa el ver cuando en un episodio donde los personajes comienzan a bailar, Pato sale disfrazado de Michael Jackson y comienza a hacer el moonwalk, eso a mi niña no le dijo nada, pero a mi me  hizo reír bastante.

Los personajes principales son cinco:

Pocoyó. Un niño de entre 3 y 4 años de edad, muy inquieto, curioso, risueño y muy impulsivo, que seguido termina poniendo las cosas patas arriba por ser tan efusivo, pero siempre termina arreglando las cosas con ayuda de sus amigos. Por su forma de ser seguido tiene conflictos  con el siguiente personaje, aunque también es con quien mejor se lleva:

Pato: Un pato amarillo un tanto cascarrabias, al que Pocoyó terminará por hacerle alguna travesura intencionalmente o no. Es el personaje que más concesiones físicas tiene, como estirarse, usar su pico como hélice de helicóptero, eso sí siempre con su sombrero verde y decidido a ayudar a Pocoyó  siempre que no este peleando con él.

Elly: Una elefante de color rosa. Le gusta el ballet y la actuación, es la que tiene la actitud un poco más “civilizada” y la que por lo general ayuda a mediar y resolver los problemas que surgen, claro, cuando no es ella la que los provoca. Por su actitud y forma de ser, parece que es más madura que Pato y Pocoyó.

Loula. Una perrita mascota de Pocoyó, su participación no es tanta como el trío inicial, y como buen perro, son tan efusivos con el dueño que terminará ocasionando más de un percance.

Pajaroto. Otro personaje no tan activo. Es un pájaro azul que se la pasa casi siempre durmiendo en su nido. También tiene poca participación en las aventuras, aunque cuando se decide a hacerlo, no se sabe con que saldrá.

Aunque no entra como un personaje como tal, pero es parte central de las aventuras es el narrador, quien pone al tanto de la situación tanto a los espectadores como a Pocoyó , y que trata casi siempre inútilmente de poner algo de orden en el atrabancado mundo del pequeño personaje.

Además de estos hay muchos otros que tienen alguna aparición recurrente durante la ya larga lista de episodios de la series, y son tan variados que van desde un marcianito a una ballena, de ellos a mi niña le llama mucho la atención una oruga llamada Valentina.

Tras el éxito de la serie se han producido especiales de más tiempo, como de media hora,  pero que pierden la chispa de los cortos, y que de paso confirman mi teoría del tiempo de atención, Xochilita puede pasarse horas viendo un corto tras otro, pero no aguanta ver uno de estos especiales completo sin pedir ver otra cosa o distraerse con algo más. Yo recomiendo más los cortos.

     Viendo Pocoyó, ni cuenta se dió que estaba allí sacándole la foto.

La serie ha llegado a estos lugares doblada en dos versiones “español neutro” que pasa en Discovery Kids y “español mexicano” en canal 5. A mi en lo personal me gusta más verla en “español de España”, esto mediante el youtube, ya que suena más natural y fluido tanto la voz del narrador como de Pocoyó.

Quien tenga niños pequeños le recomiendo ampliamente esta serie, y quien no, pero quiera darle una pausa al mundo, y dejar salir el niño interior, también puede ver uno o dos episodios, no serán más de 15 minutos que su pequeño yo interior se los agradecerá.